La curiosidad mató al gato
Esa tercera maleta no contenía lo mismo que las otras dos, no, no era dinero en sí lo que albergaba sino un botín de joyas de todo tipo que podría valer miles de millones. Los dos palidecieron al ver toda aquella cantidad de oro y de piedras preciosas, había incluso diamantes. Aquello era una locura y les entró mucho miedo, de pronto pensaron que todo aquello era robado y se trataba del botín de un ladrón.

La curiosidad mató al gato