Últimas pinceladas
De pronto se dieron cuenta de que se les había pasado un detalle importante. Las escaleras originales de la entrada estaban chulas como decoración y tenían un valor por su antigüedad pero no eran prácticas ni seguras. Eran de caracol y eso dificultaba mucho la subida y la bajada tanto de personas como de cosas y todo eso añadido a que estaban ya muy deterioradas por el óxido y en cualquier momento se podían romper. Así que decidieron quitarla y poner una vertical como las que hay en las alcantarillas.

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