Sin suerte en el amor
A diferencia de la mayoría de sus amigas, Adriana no había tenido demasiada suerte en el amor. Ella se casó muy joven, con tan solo 20 años, y su matrimonio duró solo 4 debido a las infidelidades de su marido. Esto creó en Adriana una serie de inseguridades como mujer y como persona, que más tarde pasarían factura en su vida, al no llegar a confiar nunca en un hombre. Su edad de ser madre ya había pasado, pero una conversación con su amiga dio un giro a su vida. La esperanza había renacido en ella.
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