Viviendo A Todo Gas
Anna no tenía límites, parecía que tenía en su casa una máquina de hacer billetes de cien euros y por la noche fabricaba todo lo que se había gastado ese día. No tenía miramientos a la hora de gastar, cenas con artistas, ropa de lujo, coches de alta gama de alquiler, joyas, etc. Nadie podría dudar que con ese comportamiento no fuera inmensamente rica.

Viviendo A Todo Gas
Publicidad