Hacia El Exterior
El resto del grupo de fuga comenzó a escalar por las tuberías hasta llegar al ventilador del techo que estaba a unos 9 metros de altura. Consiguieron quitar el ventilador y salir a través de él al tejado. Una vez allí, caminaron hasta las chimeneas de la panadería que se encontraban en la parte trasera de la prisión y descendieron por ellas hasta el suelo de la escarpada isla. Llegaron al borde del acantilado e inflaron la balsa y se pusieron los chalecos salvavidas.
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